Con la mente puesta en que iba a ver un remake, grata sorpresa que no era así, es un empezar de nuevo como punto de partida ya en un mundo post-apocalíptico donde la ley del mas fuerte es la que impera, la posesión del agua y la gasolina marcan el poder de cada grupo que lucha por imponerse a los demás.
George Miller 36 años después supera con creces su opera prima; Mad Max: salvajes de la carretera, 120 minutos de acción y locura, la puesta en escena de cada personaje es trepidante si no la has visto olvídate de tener un segundo de descanso para analizar cada personaje y meterte en su historia, tendrás que ir al ritmo del rugido de los motores.
Tom Hardy (Max) y Charlize Theron (Furiosa) bordan sus personajes, aunque particularmente Nicholas Hoult en el papel de Nux uno de los guerreros de Inmortal Joe (Hugh Keays-Byrne) le da a la trama un aire de frescura, caótica, pero frescura. Repite en la pelicula Hugh Keays -Byrne como el malo de la cinta, como hizo también el 79.
La puesta en escena es soberbia desde los vehículos, la ciudad de Inmortal Joe, el vestuario y algo que por regla general no ha conseguido ninguna película que me guste, la representación de la decadencia de una civilización extinta donde solo existe el poder de la fuerza e incluso impuesta por lideres grotescos mutados por la contaminación producida por la guerra nuclear que acabo con el mundo.